Por desgracia, nuestros amigos de cuatro patas también se pueden poner malitos e incluso tener fiebre. Pero, ¿cómo darse cuenta? ¿Qué hacer si nuestro perro tiene fiebre? No te preocupes, aquí tienes todo lo que necesitas saber.

Cómo saber si el perro tiene fiebre

Probablemente, no tardaremos mucho en darnos cuenta de que nuestro perro no se encuentra bien, bastará con observar su comportamiento. Al igual que nosotros los humanos, para los perros la fiebre está provocada por una inflamación, enfermedad o infección. La temperatura normal para los perros es de entre 38,1 y 38,9 grados, mucho más alta que la nuestra. Si no tenemos un termómetro a mano, existen algunos síntomas a los que debemos prestar atención para determinar si el perro tiene fiebre: nariz caliente, seca y deshidratada, estado de apatía o nerviosismo que no son habituales, ojos húmedos, temblores, temperatura corporal elevada, ojos y barriga más calientes de lo normal. Si nuestro perro presenta estos síntomas y se comporta de manera extraña, es probable que tenga fiebre. Debemos ponernos en contacto con el veterinario para saber exactamente cuál es su estado de salud. La fiebre puede aparecer tras una vacuna, por lo que, si es el caso, ¡no te preocupes!

Qué hacer si el perro tiene fiebre

Cómo actuar cuando el perro tiene fiebre

Una vez que sabemos en qué estado se encuentra nuestro perro, ¿cómo actuar? La sintomatología es importante para darnos cuenta de si el perro tiene fiebre y, además de los síntomas que acabamos de mencionar, otros síntomas relevantes son: falta de apetito, somnolencia, tristeza. En definitiva, si conocemos a nuestro perrete no nos resultará difícil darnos cuenta de que no está en forma. Si tenemos un termómetro a mano, podemos intentar tomarle la temperatura nosotros mismos, de lo contrario, debemos consultar con nuestro veterinario. Siempre debemos tomar la temperatura vía anal, ya que es el método más preciso. Para afrontar la situación, debemos tener siempre a disposición agua fresca, es importante que el perro siempre esté hidratado. El agua debe estar siempre a temperatura ambiente, debemos evitar los cambios drásticos de temperatura. La fiebre puede ser indicio de una inflamación puntual o de cualquier otra patología más importante, nunca debemos subestimar la situación. Es el trabajo del veterinario decidir cómo proceder, no debemos administrar medicamentos por cuenta propia. Si todo va bien, ¡en unos días nuestra mascota estará de nuevo en forma!