Cuando hablamos de gato sin pelo o gato pelado, nos referimos en particular al canadiense Sphynx, el tipo de gato sin pelo más extendido. Se trata de un gato que tan solo parece no tener pelo, pero en realidad su piel está cubierta de una imperceptible pelusa. La sensación de acariciar a un gato sin pelo es la misma que al acariciar un melocotón, aunque dicha sensación tenderá a variar según el tipo de manto del gato. Pero, ¿existe el gato sin pelo negro? Sin lugar a dudas, existe, aunque se trate de una tipología menos común que el canadiense Sphynx de pelaje común. Su carácter, sin embargo, más allá del pelaje, es siempre el mismo: inteligente y vivaz, el gato sin pelo negro es un animal afectuoso que siente apego por su amo.

Gato sin pelo – el manto

De los gatos sin pelo podemos encontrar distintas variedades: se trata de hecho de un gato que presenta muchas tipologías variadas de colores y manchas en la piel. Existen incluso gatos sin pelo blancos.  De hecho, no es poco frecuente encontrar ejemplares de gato sin pelo negro o con manchas negras esparcidas en su piel, las cuales le dan cierta elegancia.  Más allá del color, también podemos encontrar diferentes tipos de piel en el gato sin pelo. Se distinguen principalmente tres.

Gato sin pelo negro

La tipología Rubber se asemeja al tacto a una especie de goma, casi una especie de material antideslizante. La tipología Peach se caracteriza porque la sensación que nos da al tocarlos es como la sensación de tocar un melocotón, aterciopelado y suave al tacto. Si hablamos del tipo de piel Wax, nos referimos en este caso a un gato sin pelo, cuyo tacto es similar al de la cera.

Dado que no tiene pelo, se trata de un gato muy friolero: su piel es como la humana y es extremadamente sensible al sol, corre el riesgo de quemarse.  Es indispensable lavar al gato sin pelo con bastante frecuencia, incluso una vez cada 2 semanas, ya que la piel tiende a ensuciarse con bastante rapidez debido al sebo protector que secreta. También se debe prestar especial atención a sus orejas, que debemos limpiar con un algodón una vez a la semana para eliminar la secreción marrón aceitosa que se forma. Los ojos también deben limpiarse al menos dos veces al día con muchísimo cuidado con un bastoncillo.